dimarts, 30 de març del 2021

CRÓNICA DE LOS ACTOS POR LOS MÁRTIRES DE LA TRADICIÓN, CELEBRADOS EN BARCELONA


La Comunión Tradicionalista ha conmemorado recientemente los Mártires de la Tradición en Barcelona. El acto, celebrado el pasado sábado día 27 de marzo, principió con la Santa Misa, oficiada con en una antigua ermita catalana del s. XVIII, edificada cerca de la Ciudad Condal. La ceremonia fue seguida por los asistentes con gran unción y recogimiento. 

Es de destacar el sermón del sacerdote, el P. José María Mestre, FSSPX, quien desenvolvió una docta y muy provechosa catequesis mediante la explicación de los fundamentos doctrinales del tetralema carlista, Dios, Patria, Fueros, Rey, instándonos a defenderlo con nuestra propia vida, y recordándonos la necesidad de ampararnos en las buenas instituciones así religiosas como políticas en la lucha por el Reinado social de Ntro. Sr. Jesucristo. 

Terminada la ceremonia, los concurrentes al acto, cerca de una veintena de personas, fuimos al restaurante, donde se había preparado el almuerzo, y pasamos a una sala especialmente preparada para la ocasión a fin de cumplir exactamente, también allí dentro con las medidas sanitarias impuestas por el gobierno de facto de la mal llamada «Generalidad». 

Durante el almuerzo, que fue sobremanera de agrado de los comensales, toda clase de conversaciones sobre las más variadas cuestiones políticas, sociales, educativas, históricas y culturales fueron el deleite de quienes allí se encontraban. 

Como el ágape fraterno fuese concluido, en medio de los cafés llegó momento del acto político de rigor, cuya presentación corrió a cargo de un distinguido miembro del círculo, y cuya introducción la constituyó una sucinta a la par que interesante intervención de D. V. Ibáñez, quien realizó una emotiva reflexión sobre los mártires asesinados por el terrorismo de ETA, objeto de su conocido libro Una resistencia olvidada: Tradicionalistas mártires del terrorismo, en la que, sin olvidar que no hay mayor acto de caridad que el martirio y la esperanza en la Justicia divina, nos recordaba la necesidad de buscar asimismo la humana; finalmente nos exhortaba unirnos a la lucha de la Comunión Tradicionalista, bajo la autoridad del Rey legítimo: única forma de procurar verdadera justicia humana a los muertos in odium fidei por el terrorismo, por manera que, como enseñaban nuestros clásicos en El alcalde de Zalamea, no tarde en llegar el día en el que de nuevo hinquemos nuestra rodilla ante el Rey y podamos entonces decirle: «sólo vos a la justicia tanto supisteis honrar». 

La introducción dio paso a los parlamentos propiamente dichos, el primero a cargo de la distinguida margarita y miembro del círculo Dª H. Escolano, el segundo del Presidente del Círculo Tradicionalista Ramón Parés y Vilasau, D. E. Jiménez. Empezó nuestra distinguida correligionaria con una presentación de su persona al auditorio, exponiendo cómo llegó a conocer el Carlismo para terminar adhiriéndose a la Causa, testimonio que resultó muy edificante a los circunstantes, pues vieron un fruto más de la incesante labor de apostolado político de la Secretaría de la Comunión Tradicionalista, en especial D. José Miguel Gambra y D. Miguel Ayuso. Siguió el discurso con una comparación poética entre la música y la ética. Mediante el símil de los acordes puente, usados por los compositores en la modulación musical, esto es, en los cambios de tonalidad, uno de cuyos objetos es influir en las pasiones del alma, hizo patente cómo actúa la tentación diabólica que lleva, a quienes ceden a ella, de defender el Bien y la Verdad a deslizarse paulatinamente de forma imperceptible al mal. Si los acordes puente en la música facilitan el cambio inadvertidamente a veces de una tonalidad a otra, de un estado de ánimo a otro gracias a elementos sonoros comunes al punto de partida y destino; los engaños del demonio provocan el mismo efecto, mas aplicado a la destrucción de la vida virtuosa o la defensa de la Tradición: por cesiones y cambios aparentemente de detalle, en ocasiones difíciles de notar, terminamos por traicionar los buenos principios. De un modo muy didáctico se ilustró esta oportuna disertación con ejemplos claros, precisos, y agradablemente sazonados de erudición. 

La docta oración de nuestra margarita, notablemente aplaudida por el público, dejó paso al parlamento final. En él, tras las salutaciones de costumbre, explanose la razón de ser del acto, a saber, el doble propósito de honrar a los Mártires de la Tradición, y la presentación pública del Círculo Tradicionalista Ramón Parés y Vilasau, en este su primer acto de importancia. Se refirió brevemente la vida de D. Ramón Parés y Vilasau, carlista barcelonés, muerto in odium fidei por las balas marxistas en 1936, asesinado a traición, cuando se dirigía de Barcelona a Tarrasa a declarar en un juicio por carlista; se ponderó, en fin, el ejemplo, recibido por nuestro predecesor. A continuación se consideró la gran necesidad de la celebración del acto en cuanto a su naturaleza política, señalando el gran interés de la Masonería en acabar con todos los lazos familiares y sociales, razón profunda de ser de muchas de las actuales restricciones, ya que en dichos lazos se halla a la vez el último obstáculo para la implantación definitiva del Nuevo Orden Mundial, y la posibilidad de reconstrucción del tejido de la sociedad tradicional, fundamentada en el amor del hombre por sus semejantes, y no en inexistentes contratos sociales rousseaunianos. Reconstrucción cuyo éxito radica en la fundamentación en los buenos y verdaderos principios, cuya protección y defensa lleva a cabo la Comunión Tradicionalista con los medios a su alcance: el renunciar a dichos principios enteramente o en parte ha llevado a muchos al fracaso, al actual estado de postración moral, intelectual, política y religiosa que sufre Cataluña. Muéstrase, entonces, el gran acierto de la labor intelectual y doctrinal de la Comunión, la oportunidad de la lucha cultural que lleva a cabo con La Esperanza, la precisión de ayudar en la medida de lo posible a la Candidatura Tradicionalista (CTRAD) para la invasión de las instituciones revolucionarias, todo ello realizado, como no puede (ni debe) ser de otra forma bajo la autoridad de S.A.R. D. Sixto Enrique de Borbón, Abanderado de la Tradición, en quien recae la sucesión legítima a la Corona de las Españas, cuya bandera, la de Dios, la Patria, y el Rey legítimo, enarbolamos nosotros, los carlistas, ante nuestros compatriotas, pues en ella hallará nuestra sociedad, hundida y corrompida, el medio natural más propio de llegar al Reinado Social de Jesucristo, único y solo remedio a sus males. Cerraron el acto político los vivas a Cristo Rey, a España, y al Abanderado.

Esperamos que este acto que tan felizmente ha principiado, proseguido y terminado, con el mayor agrado de quienes se han hallado en él, permita avanzar mayores pasos en la restauración de lo que otrora fuera el noble carlismo catalán: última esperanza para el Principado de Cataluña, sanación de una de las más generosas regiones de las Españas, reconquista de uno de los antiguos pueblos de la Cristiandad.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

Nota: Només un membre d'aquest blog pot publicar entrades.