diumenge, 5 de desembre del 2021

Crónica y video de la jornada de Miguel Ayuso en Barcelona, sobre tradición política e hispanidad, el 27 de noviembre de 2021


El profesor Miguel Ayuso Torres nos regaló a los carlistas catalanes una jornada feliz e inolvidable, en la que disfrutamos de su gran erudición y cultura, así como de su sabrosa conversación. Talentos todos ellos que, junto con su honor, el profesor ha puesto al servicio de la Causa.

Fue el pasado veintisiete de noviembre, ante medio centenar de correligionarios —muchos de ellos, jóvenes estudiantes—, que acudieron a la presentación de su libro Tradición política e hispanidad, organizada por el Círcol Tradicionalista Ramon Parés y Vilasau, y desarrollada en el salón de actos de la Casa Golferichs, Gran Vía número 491, de Barcelona, y con posterioridad en el centenario restaurante Can Miserias, de la calle Conde Borrell número 106, de la misma ciudad.


Miguel Ayuso, en primer lugar, destacó la importancia que el tradicionalismo político ha tenido siempre en el Principado de Cataluña, donde la defensa de la Tradición ha sido fiel, heroica y constante, contra la revolución liberal de los siglos XIX y XX. Así lo constata el gran historiador del tradicionalismo político hispánico, —precisamente catalán— don Melchor Ferrer y Dalmau.

Prosiguió con la presentación de su libro Tradición política e hispanidad (2020) que enlazó con otro libro suyo, publicado en 2018, titulado La Hispanidad como problema: historia, cultura y política. Ambos libros tienen un origen común: el requerimiento de amigos ultramarinos, que veían cómo el tema de la Hispanidad estaba volviendo a ser actual, pero de forma distorsionada, fragmentada, contaminada…

En efecto, hoy día la bandera hispanista es enarbolada por cualquier mano: materialistas históricos; gnósticos esotéricos que encuentran en la Hispanidad una fascinación telúrica; o por quienes reconocen el peso de la monarquía pero abrazan la usurpadora de Juan Carlos y su heredero; etc. Así las cosas, la reclamación hispanista corre el riesgo de desleírse, disolverse, quedarse en nada, porque se pierde el rigor de la adhesión a la verdadera Tradición que custodió la Comunión Tradicionalista.


Un ejemplo de esa esencia de la Hispanidad (que corre el peligro de disolverse por la defensa heterogénea hodierna) lo podemos observar en los dos grandes autores hispanistas del siglo XX: Ramiro de Maeztu y Manuel García Morente.

Ambos autores son opuestos en cuanto a sus orígenes y motivaciones, pero convergentes en lo que respecta a aquella esencia. Así, Maeztu nunca dejó de ser católico —incluso en los momentos de mayor desesperación o de mayor alejamiento—, pero era un católico anarquizante-liberal-conservador, hasta que la temática de la Hispanidad, que descubre estando de embajador del régimen liberal español en Argentina, le lleva a hacerse más católico. En definitiva, Maeztu se hace más católico por la Hispanidad.

Mientras que García Morente provenía del ambiente de la Institución Libre de Enseñanza, de la masonería, del liberalismo, del agnosticismo, de la europeización. Y cuando se convirtió al catolicismo de forma fulminante, no volvió inmediatamente a la sana filosofía —lo cual requiere un esfuerzo muy grande—, sino que recuperó la convicción de que España es católica y de que el ideal europeizador es una traición a la entraña de España.

Por tanto, a pesar de sus orígenes y motivaciones opuestos, ambos son convergentes: Maeztu, a partir de la Hispanidad, refuerza la fe que había tenido siempre. Morente, a través de una conversión fulminante («el hecho extraordinario», que él denomina), también fulminantemente recupera la idea de la Hispanidad y del imposible histórico de la secularización de la laicización y del europeísmo.

En definitiva, la Fe es como la levadura que fermenta e impulsa la Hispanidad. Y, además, una Fe encarnada en lo social y en lo político. No nos podemos quedar solamente en la Hispanidad histórica y en la cultural —que forman parte de la cuestión pero no la agotan—, sino que hemos de profundizar hasta hallar el elemento político. Sin él, la evolución habitual nos llevaría hacia el folclorismo o hacia el sentimentalismo.


Al profundizar en el elemento político, observamos que la Hispanidad constituiría una Cristiandad menor nacida tras la muerte violenta de la antigua y gran Cristiandad a manos de cinco rupturas sucesivas: la religiosa de Lutero, la ética de Maquiavelo, la política de Bodino, la jurídica de Hobbes, y la histórica de la Paz de Westfalia. Este proceso enterró la Cristiandad e hizo surgir en su lugar la moderna Europa. Sin embargo, España permaneció al margen de estas rupturas y la Monarquía Católica, Hispánica, mantuvo aquella antigua Cristiandad en una cristiandad menor: la Hispanidad.


La intervención del profesor Miguel Ayuso fue mucho más rica y profunda de lo que podamos resumir en esta humilde crónica. Afortunadamente, fue grabada en video y puede consultarse en el canal de YouTube del Círcol Carlí barcelonés y próximamente también en el canal de Vimeo del mismo círculo.


https://youtu.be/rbFqkNnSobw

 

Terminada la conferencia, hubo un animado turno de preguntas que duró casi una hora y, después, prosiguió durante el almuerzo.

El almuerzo tuvo lugar en un centenario restaurante de mantel blanco y comida tradicional. La sobremesa se prolongó, en tertulia ocurrente e informal, hasta bien entrada la tarde, tras la puesta de sol. En ese momento, la tertulia hubo de ser  interrumpida —mientras el profesor hablaba de nuestros límites humanos y naturales— para recordarle la casi inminente partida de su tren de vuelta a Madrid.

El acto se hizo corto; quedaron pendientes varios flecos a tratar, por lo que se hará necesaria una próxima jornada —o jornadas— catalana con el profesor Ayuso, bien pronto.


Entre los asistentes a la jornada, además de la significativa presencia de jóvenes estudiantes ya citada, cabe destacar la asistencia del Rvdo. P. D. Javier Utrilla, FSSPX; mosén Emmanuel Pujol, sacerdote diocesano; doña Lupe Cort, hija de don Carlos Cort Pérez-Caballero, Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista por designación de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón en los años ochenta del siglo pasado; doña Rosa María Brustenga, nieta del heroico requeté don Ramón Brustenga y Espelta, que luchó en el laureado Tercio de Nuestra Señora de Montserrat durante la Cruzada de Liberación de 1936-39; doña Helena Escolano, profesora de filosofía y música; don Víctor Ibáñez, Premio Larramendi 2021 y antiguo delegado nacional de Juventudes Tradicionalistas en la primera década del siglo XXI; don Ferran García Vila, quien también fue dirigente de las Juventudes Tradicionalistas; don Valentim Rodrigues, portugués y miguelista; don Andrés García-Carro de la Colina, bisnieto del coronel del ejército del Rey Carlos VII, don Francisco de la Colina y de la Mora, marqués de Sierra Nevada; entre otros.

Déu-vos-guard!

Círcol Tradicionalista Ramon Parés y Vilasau, de Barcelona.