Recibimiento de Colón por los Reyes Católicos, de Francesc Galofré . Uno de los murales que se retirarán de del Palacio de la Generalidad. |
El gobierno de la (mal llamada) Generalidad de Cataluña comienza este martes 2 de mayo la retirada de las pinturas murales que embellecen el Salón de San Jorge, la sala noble, del palacio que ocupa como sede principal. Se trata de la sala donde se celebran los actos institucionales más importantes, como la toma de posesión (rectius ocupación) de los presidentes de la Generalidad.
Estos murales de gran tamaño reproducen varios hitos de la historia del Principado, interpretados por los pinceles de artistas catalanes en activo durante los años 20 del siglo pasado: La Virgen de Montserrat y los Santos y Reyes (Josep Mongrell y Torrent), La primera Misa de Jaime I en Mallorca (Alexandre de Cabanyes y Marqués), La batalla de Lepanto (Josep Maria Xiró y Taltabull), El Compromiso de Caspe (Carlos Vázquez Úbeda), el Recibimiento de Colón por los Reyes Católicos (Francesc Galofré y Oller), el Casamiento de Isabel la Católica y Fernando de Aragón (Josep Maria Vidal-Quadras y Villavecchia)… entre otras 69 obras pictóricas, que se esconderán en depósitos de la propia institución.
En declaraciones a La Vanguardia ex-Española, la arquitecta responsable del Palacio de la Generalidad, Júlia Roca, afirmó que «no hay nada en contra de estas pinturas» y que «simplemente están mejor en otro sitio»… Finalmente, se esconderán en un depósito o almacén, que debe ser «un mejor sitio» y más seguro que la sala noble del Palau.
La batalla de Lepanto, de Josep Maria Xiró y Taltabull. |
Fue en 2019, durante el mandato del nacionalista Joaquim Torra, cuando se tomó la decisión de retirar esta parte de la historia de Cataluña alegando motivos «estéticos e ideológicos», según la propia Comisión creada por Torra.
«Ideológicos», debido a que estas pinturas «exaltan valores guerreros, el orden estamental opuesto al parlamentarismo, la monarquía perenne y sagrada, el Estado basado en el catolicismo como ordenador social, la lucha contra el Islam, así como un patriotismo bélico e imperial», según aquella Comisión. Y porque, a confesión de parte, «mayoritariamente acentúan la españolidad de la historia de Cataluña».
Y estéticos, al considerar que estas pinturas de principios del siglo XX no serían coherentes con el «estilo renacentista» del edificio, por «la desfiguración causada, tanto por el despliegue extensivo de la pintura por encima de las superficies murales y bóvedas, como por la alta densidad de sus representaciones».
También sostiene que los murales de la etapa anterior son de un valor artístico superior, algunos pintados por Joaquín Torres García, cuya obra se pretende «reparar y reconocer».
En efecto, en 1913 Torres García recibió el encargo de decorar con pinturas al fresco las paredes del Salón San Jorge. Sus murales fueron fuertemente criticados por la prensa de la época, hasta el punto de que las autoridades catalanas ordenaron la interrupción del trabajo, y escondieron sus obras bajo nuevas pinturas, las mismas que ahora se pretenden retirar. A raíz de aquellos incidentes, Torres García no volvería a Barcelona y se refugiaría bien lejos: en Tarrasa.
Las obras de Torres García que la Generalidad pretende ahora recuperar, disfrutan de un estilo artístico bien personal: Torres García fue el creador del universalismo constructivo en la pintura, corriente estética que buscaba representar las imágenes de forma «esquemática, lo menos aparentemente real posible: tal como un signo (…) o bien el nombre escrito de la cosa», según publicó el pintor en su libro de más de mil páginas denominado, precisamente, Universalismo constructivo.
A pesar de su carácter constructivo, las obras de Torres García acabarían siendo destruidas, borradas, ocultadas, quemadas, perdidas o repintadas. Como las que en el Palacio de la Generalidad esperan ser «reparadas y reconocidas».
Obras de Torres García, fundador del universalismo constructivo, cuya obra (sic) será «reparada y reconocida» por los usupadores de la Generalidad. |
Los expertos de la Generalidad no han confirmado aún si el universalismo constructivo de Torres García es «coherente con el estilo renacentista» del edificio, ni si causan mucha «desfiguración».
La plandemia obligó a suspender el inicio de esta actuación, que finalmente se perpetrará el 2 de mayo de este año y se consumará, si Dios no lo remedia antes, el 11 de septiembre de 2024, en feliz coincidencia con la Diada nacionalista.
El coste para el contribuyente de esta actuación será, en principio, de 1,9 millones de euros según La Vanguardia ex-Española, ó 2,3 millones según otras fuentes.
Se ejecutaría por la empresa Urcotext Inmobiliaria, «especializada en patrimonio», aunque las fuentes no especifican de qué tipo de patrimonio se trata.
Círculo Tradicionalista Ramón Parés y Vilasau (Barcelona).
Publicado en el Periódico La Esperanza, 2 de mayo de 2023:
https://periodicolaesperanza.com/archivos/18818
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