
Cantada de habaneras en la playa de Calella de Palafrugell.
Prohiben el canto de la tradicional habanera «El meu avi» en Palafrugell, por primera vez en casi medio siglo
Los progres-nacionalistas censuran al abuelo que fue a Cuba, en 1898, a bordo de «El Catalán», el mejor barco de guerra de la flota de ultramar de la Armada Española, y que murió por culpa de los norteamericanos.
Gerona (Agencia FARO).— Cataluña está que trina (pero en tono menor) tras la inesperada decisión del comité desorganizador de la Cantada de Habaneras de Palafrugell de retirar del repertorio de este 2025 la emblemática canción «El Meu Avui», una habanera que ha sido trending topic durante las 48 ediciones anuales del Festival, cantada con más emoción que sentido del ritmo.
La emotiva canción homenajea a unos marineros catalanes de Calella de Palafrugell (Ampurdán, diócesis de Gerona) que se alistaron a la Armada para defender, en 1898, la Cuba española contra el Imperialismo yanqui.
Más que una canción, es un himno oficioso de Cataluña y la catalanidad.
La canción fue compuesta en 1968 por José Luis Ortega Monasterio, nacido en Santoña (entonces Castilla La Vieja, hoy «Cantabria»), en 1918, e hijo de militares. Al quedar huérfano de padre y madre, fue a vivir a Palol d’Onyar (cerca de Gerona). Desde niño, en la escuela, ya componía canciones, como Estrellita marinera; además, cantaba en el coro de la Catedral de Gerona.
Desde entonces, entró en contacto con la lengua y la cultura catalanas, que siempre defendió.
De familia carlista, al producirse el Alzamiento de 1936 huyó a Francia, volvió a España a través de Hendaya, y se alistó en el Ejército Nacional durante toda la Cruzada. A su término, fue nombrado oficial de complemento y compaginó su carrera militar con la musical en lengua catalana.
Así, al mismo tiempo que estaba destinado en el Cuerpo de Regulares del Ejército en el Norte de África, fundó el grupo de habaneras Los Gringos (1942). En los años 50, ascendió a Capitán y fue destinado a Jaca y luego a Puigcerdà, como Jefe de Fronteras, mientras continuaba componiendo canciones en catalán. En los 60, como Comandante de Infantería en Menorca, compuso canciones para el grupo Los Parranderos y colaboró en el Festival de Canción Menorquina de Alaior.
En 1964, trasladado al cuartel de Palamós, fue uno de los primeros organizadores de la Cantada de Habaneras de Calella de Palafrugell (fundada en 1967), el mismo Festival que ahora censura sus canciones.
En los años 70, se opuso al régimen franquista y participó en la fundación de la Unión Militar Democrática. Por ese motivo, fue expulsado del ejército, pero su honor y rango de Coronel le fueron restituidos en 1984. Sin embargo, Ortega no volvió al Ejército, sino que se centró en su carrera musical: había fundado el grupo de habaneras Cavall Bernat en 1975 y se dedicaba plenamente a la música, cantando y componiendo.
Ni la vida del autor (un militar español que compone canciones emblemáticas en lengua catalana, que luchó con Franco durante el Alzamiento y que luego se opuso a su Régimen) ni la emblemática canción (un homenaje a soldados catalanes enrolados en la Armada española para luchar contra Estados Unidos) encajan en el discurso woke, progresista y nacionalista, que aspira a reducir y encasillar la compleja realidad en las falacias de su ideología.
Así, en 2024, la televisión pública catalana, TV3%, emitió el documental «Murs de Silenci» en el que acusaba a Ortega Monasterio de proxenetismo en los años 90. Sus herederos interpusieron una demanda contra la televisión pública, procedimiento que se encuentra pendiente de resolución. Reclaman el restablecimiento del honor de Ortega Monasterio, la retirada del documental, la emisión de una rectificación, así como una indemnización de un millón de euros que la familia destinará al fomento de la cultura y la canción catalanas, especialmente de las habaneras.
Las acusaciones (aún por demostrar en sede judicial) de ese documental televisivo han servido de excusa a los socialistas de Palafrugell para censurar la habanera emblemática y, hoy, políticamente incorrecta. Aunque el pago de prostitutas y cocaína con dinero público, por parte de sus compañeros del PSOE, poco les importa.
Como respuesta a la prohibición y censura de estos hipócritas, nosotros vamos a cantar El meu avi, con un ron cremat y al pie del cañón:
https://youtu.be/g1_FXLhZLf0?si=FO5RUwL9ejLb5dhY
Cataluña resiste. Y canta.
Agencia FARO / Lo Mestre Titas / Circulo Tradicionalista de Barcelona Ramón Parés