El campo catalán se levanta contra la gestión ganadera del DesGovern
Unos 400 tractores, convocados por Unió de Pagesos, colapsan el Eje Transversal de Cataluña para exigir el control de la fauna salvaje en Cataluña
Barcelona (Agencia FARO).— El 29 de diciembre de 2025, lunes de la Octava de Navidad, cuando muchos están aún pensando en roscones y brindis navideños, los guardianes de la tierra catalana —els pagesos— han vuelto a tomar las riendas, esta vez para colapsar con sus tractores el Eix Transversal, la carretera rápida que atraviesa el interior de Cataluña desde Lleida a Girona.
Desde primeras horas de la mañana, y bajo el lema «Colapsemos el Eix Transversal», alrededor de 400 tractores arrancaron desde diversos puntos —como Riudellots de la Selva (Girona), Manresa (Barcelona), Cervera y Lleida— rumbo a Gurb (Osona), y formaron una caravana lenta pero inexorable que terminó cortando las carreteras C-17 y C-25 en ambos sentidos y provocando retenciones de 7 kilómetros.
La Unió de Pagesos (UP), sindicato convocante, ha protestado contra la mala gestión de la fauna cinegética —que devasta campos y transmite enfermedades a los rebaños— por parte del DesGovern y su incompetencia para manejar las crisis sanitarias que esta fauna provoca. Sin campo no hay país, y sin control de la fauna y de la sanidad animal, no hay viabilidad para la ganadería catalana.
Mientras la Generalitat, como buen gobierno burócrata, prometía «un trabajo continuado y más recursos» para controlar la fauna cinegética —así salió a decir el conseller Òscar Ordeig aquella misma tarde—, los tractores han hablado con hechos: retenciones, carreteras cortadas y un mensaje claro: ni plagas ni papeles arreglan de verdad el campo si no hay voluntad política.
Esta movilización representa la continuación de la lucha del campo del viejo continente en pie de guerra contra la Europa política, que lleva librándose desde hace años.
El espíritu de esta movilización recuerda a esos antiguos fueros en los que el campesino no pedía migajas, sino justicia: control real del exceso de fauna salvaje, revisión de protocolos sanitarios y medidas que eviten sacrificios masivos injustificados, indemnizaciones dignas, y hasta permisos excepcionales de caza para los propios agricultores.
Porque al final, como bien murmuran entre el polvo de sus neumáticos y el aire frío de invierno, estos hombres y mujeres no protestan por gusto, sino porque cada jabalí suelto y cada brote de enfermedad es un ataque a su linaje, su oficio y su honra.
Agencia FARO / Círculo Tradicionalista de Barcelona Ramón Parés y Vilasau
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