divendres, 7 de febrer del 2025

¿Qué ha pasado en Montserrat?: Entre peñascos y barrancos. (I)

Abadía de Santa María de Montserrat

 

¿Qué ha pasado en Montserrat?: Entre peñascos y barrancos. (I)

 

Promoción del budismo y prácticas hindúes en las publicaciones de la Abadía

 

La Abadía de Montserrat celebra en este año 2025 su milenario de existencia como santuario, lugar de peregrinación y monasterio, conmemorando así aquel remoto 1025, cuando el abad Oliva envió a un grupo de monjes benedictinos a formar comunidad en el lugar. Previamente, el monasterio había albergado una comunidad de religiosas, también benedictinas, pero cedieron su lugar a los monjes de su misma orden para volver ellas a su monasterio de Barcelona, más resguardado en aquellos calamitosos tiempos de invasión mora. Así pues, se toma la citada fecha como referencia en la fundación de la abadía.

Desde entonces, estos majestuosos peñascos han mantenido la devoción cristiana y el culto, han sido foco de incesantes y multitudinarias peregrinaciones, y han presenciado todo tipo de vicisitudes históricas. Pero, ¿hay en la actualidad algo espurio que haya cambiado? ¿Puede notar el católico que allí asiste, el que intenta mantenerse fiel a la doctrina perenne de la Iglesia, algo que le rechine y duela? ¿Se pueden advertir contradicciones en el pensar y en el obrar entre los acontecimientos y posiciones actuales de la abadía respecto a tiempos anteriores, respecto a los pilares de la Iglesia (Tradición, Revelación y Magisterio eclesial), en la adecuación a hechos históricos y en la coherencia respecto a decisiones eclesiales tomadas por la abadía con anterioridad? Porque es bien sabido que la lógica elemental nos conmina a no aceptar una proposición y su contraria al mismo tiempo y en el mismo sentido. De modo que cualquier contradicción en el pensamiento (lógico, teológico) y en la verdad de los hechos (tomando como criterio de verdad la adecuación de lo que se dice de ellos a la realidad de éstos) suscitaría no poca turbación y perplejidad en el ánimo de quien la percibiera en un lugar tan santo y en una orden tan digna.

Pero la turbación y la perplejidad nos llega a algunos, a nuestro pesar, constatando cómo ciertos actos, ciertas publicaciones y ciertas manifestaciones se suceden en la abadía actual. ¿Por qué la devotísima orden benedictina que allí reside desde hace mil años, cuya consigna ha sido el ora et labora, dedica parte de su labor a la publicación y divulgación de libros de prácticas de “religiones” no cristianas? ¿Por qué sigue retirada la estatua del requeté, cuando debiera ser testimonio y reconocimiento en piedra de aquellos que defendieron el país de la atroz persecución religiosa previa al año 1936, y posterior, a costa de su vida, y a sabiendas que tal persecución perpetrada contra la fe y los religiosos (y laicos católicos) causó la muerte de veintitrés de sus monjes, mártires? ¿Por qué se les escucha proclamar a algunos de ellos hoy en día que, en aquellos tiempos de crimen y oscuridad, fueron defendidos por el republicano Lluís Companys y la Generalitat del momento, faltando a la realidad de los hechos?  Por ello, en el breve espacio de texto de este artículo y del que le sigue, trataremos de describir el porqué de esta turbación y perplejidad, así como los hechos y manifestaciones referidos, además de recordar algunos aspectos del Magisterio eclesial para ser contrastados con los primeros.

 

Libro sobre yoga (en sánscrito: «unión», ¿unión con quién o con qué?), editado por la Editorial de la Abadía de Montserrat

La primera perplejidad puede suscitarse viendo algunas de las publicaciones de la abadía (Publicacions de l’Abadia de Montserrat) difundidas también en su web. Títulos como Autobiografía de un monje zen;  EVAM. Escritos y libros de la sabiduría de los monjes budistas; Yoga y gestación; Om. Cantos y oraciones de los monjes budistas; Yoga: guía de autoconocimiento o Una nueva perspectiva son algunos de los sugerentes y suculentos títulos (por decirlo con ironía) que pueden encontrarse en la sección “Espiritualidad oriental” de la abadía.(1)  Es bastante probable (pese a la dedicación de esforzados y valientes sacerdotes, testimonios y explicaciones de entendidos en la materia) que aún muchos de los adeptos a tales prácticas no las vinculen con la “religión” hindú, incompatible con la religión católica desde sus mismos supuestos teológicos y desde sus implicaciones ético-políticas, y que crean que la práctica del yoga es sólo una gimnasia, desconociendo que la palabra sánscrita yoga significa “unión”. Pero no entraremos en estas disquisiciones, ni de qué clase de “unión” se trata, ni respecto a “qué”, o “quién”, o “quienes” busca esta “unión” en tales prácticas. Bástenos, en este aspecto y en otros relacionados, recordar cómo el papa Pío IX condenó el indiferentismo religioso en el Syllabus de 1864, que contiene el índice de los principales errores de la época en que fue elaborado, ya notados en las alocuciones consistoriales y otras letras apostólicas del Santo Padre. En el capítulo III se enumeran los errores del indiferentismo religioso, y en el capítulo X los del liberalismo. Destaquemos especialmente el error 79: es un error considerar «falso que la libertad civil de cultos y la facultad plena, otorgada a todos, de manifestar abierta y públicamente sus opiniones y pensamientos, sin excepción alguna, conduzcan con mayor facilidad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y de las inteligencias y propaguen la peste del indiferentismo. (Alocución Numquam fore, de 15 de diciembre de 1856).»  Luego, si es un error considerarlo falso, es que es cierto.

Otros documentos magisteriales han incidido también en estos errores, pero baste ahora con estas citas para poner de manifiesto la incoherencia de tales publicaciones de la abadía con el magisterio eclesial. Y, si alguno alegara, como es común en nuestros turbios y confusos tiempos, que dicho magisterio tiene que estar sometido al “progreso” del mundo y sus ideologías, y que es lícito revisarlo y cambiarlo conforme a ellos, también el Syllabus del papa Pío IX responde a tal objeción declarando error la creencia según la cual «el Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la moderna civilización» (80). Además, en la alocución Iamdunum cernimus (1861), después de exponer cómo los enemigos de la Iglesia que difunden el dictamen del mal llamado “progreso” y la “civilización” han pretendido crear “sistemas inventados” que anulen sobre la doctrina y el Magisterio de la Iglesia y prevalezcan sobre ella, Pío IX declara: «Si por civilización hay que entender los sistemas inventados ... para debilitar y tal vez para destruir a la Iglesia, nunca podrán la Santa Sede y el Romano Pontífice aliarse con una civilización semejante». Pío IX añade, por el contrario, -que la Iglesia ha admitido y favorecido siempre el auténtico progreso, lo cual es afirmado de modo insistente en las encíclicas de los Papas posteriores. Además declara que es un error la creencia en la evolución objetiva del dogma. También fue esto reprobado formalmente en el Concilio Vaticano I (sess. 3 De fide et ratione, c 4).

Aún más, se podría esperar también que, los que estos errores defienden, calificaran “rígidos” tales argumentos contra el modernismo y el indiferentismo actual, o ser consideradas “rígidas” las personas que los esgrimen, porque es bien sabido que este calificativo forma parte del aderezo semántico actual del modernismo. Pero por lo mismo puede devolverse la objeción en sus mismos términos alegando que la “rigidez” también puede darse en el error, en la desviación de la Tradición y del Magisterio eclesial, y en la pertinacia en la herejía cuando – Dios nos libre- se llega a ella. La prueba es la historia del protestantismo, su contumaz “rigidez” en el error. 

 

Libro budista vendido en la tienda de la Abadía de Montserrat


Entonces, ¿en virtud de qué propósito publica la Abadía de Montserrat los títulos antedichos, y los difunde? El precepto de la regla benedictina ora et labora se dirige a servir a Dios y al bien de las almas (siendo su bien último la salvación) ¿No advierten los monjes de la abadía que hay contradicción, entonces, entre este laborar para la religión de Dios -cuyos medios nos dio el mismo Jesucristo y la Iglesia por Él fundada- y el laborar para la difusión de las prácticas hinduistas y budistas? El Syllabus y el magisterio posterior de papas como San Pío X es explícito sobre los errores del liberalismo y sobre sus nefastas consecuencias. ¿Cuál es la causa de no advertir esta contradicción? Mossèn Sardà i Salvany, autor de la célebre obra El liberalismo es pecado, prevenía a sus contemporáneos de finales de s. XIX con certeras y valientes palabras, publicadas en su Ideari, que recogió y compuso Mn. Joan Ugas, referidas precisamente las peregrinaciones al Santuario de Montserrat: «(Las peregrinaciones a Montserrat) son hijas de nuestra fe, es decir, de la legítima fe de nuestra santa Madre Iglesia católica. No de otra que se predica por aquí más o menos ribeteada y galoneada de herejía, no sabemos si con el fin cándido de que ocasione menos alarma a nuestros enemigos, o por el intento malicioso de desnaturalizarla. Porque a veces se encuentran hombres que sacan y predican su fe como el soldado que doblega su espada de acero fino – es verdad- pero envuelta en su funda para que su brillo no mortifique los ojos de su enemigo o sus filos no hieran su delicada epidermis».(2)

En el artículo que seguirá a este trataremos sobre la historia de la abadía en relación a los actos criminales perpetrados contra sus monjes, la retirada del requeté de la plaza de los Apóstoles de Montserrat y de las ideas transmitidas por ciertos monjes a este respecto. Que la finalidad de estas líneas no sea otra que la caridad y la reflexión que acompaña al discernimiento. Guíe Dios este propósito y saque el lector sus propias conclusiones.

Helena Escolano / Círcol Tradicionalista Ramon Parés i Vilassau (Barcelona).

 

 

(1) Publicacions de l’Abadia de Montserrat. https://www.pamsa.cat/titols-llibres/?fwp_materies=espiritualitat-oriental

(2) Mossèn Joan Ugas, Ideari del Dr. Sardà i Salvany. Volum II. Sabadell, Biblioteca sabadellenca, 1930. (p. 93) 



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