Crónica de la sesión sobre Juan Vallet de Goytisolo, expuesto por Eulàlia Casas
Dentro del curso «Maestros catalanes del tradicionalismo»
Eulàlia Casas, antigua abogado penalista durante décadas, abordó la figura de Juan Vallet de Goytisolo (1917-2011) en una magistral conferencia que, dentro del curso «Maestros catalanes del tradicionalismo», tuvo lugar el 6 de marzo de 2025, a las siete de la tarde, en el Centro Cívico Pere Quart, de Barcelona, tal como había sido anunciado en su día.
La ponente fue presentada por Helena Escolano quien destacó algunos datos biográficos: nacida en una familia acomodada barcelonesa, es licenciada en Derecho, fue abogado penalista durante décadas y profesora de Derecho Constitucional durante diez años en la Escuela de Policía de Cataluña (hoy, Institut de Seguretat Pública). Se dedicó al yoga y al New Age, con centro propio donde ejercía de maestra yogui, con relevante éxito. Independentista, miembro destacado del CDR (Comités de Defensa de la República), en su centro de yoga de Arenys de Munt se escondieron las urnas del «referéndum independentista» (en realidad, secesionista) de 2017. Viajaba a Jerusalén con cierta frecuencia para sus actividades de yoga y, a causa de estos viajes, fue investigada por la policía española en relación a posibles vínculos del Mossad con el independentismo catalán: de hecho, el día en que Puigdemont huyó de Barcelona en un maletero, en octubre de 2017, Eulàlia se encontraba en Jerusalén.
Sin embargo, Nuestro Señor Jesucristo tocó a Eulàlia con su Gracia: volvió a la Fe católica tradicional de sus abuelos y esa conversión espiritual la condujo, de forma natural y coherente, al carlismo; superando, por tanto, todo nacionalismo y secesionismo.
Eulàlia comenzó la sesión con una oración a Ntro. Sr.: «Así habría empezado el Rey Jaime I sus batallas y sus Cortes, con una buena oración», afirmó. Y Eulàlia escogió una oración de Santo Tomás de Aquino, porque «Cataluña es profundamente tomista, aunque no lo sepa».
En el nom del Pare, del Fill i de l’Esperit Sant. «Creador inefable, Tú que eres la verdadera fuente de luz y de sabiduría y el principio supremo, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi inteligencia el resplandor de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia. Tú, que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía; infunde en mis labios la gracia de tu bendición. Dame agudeza para entender, capacidad para asimilar, método y facilidad para aprender, ingenio para interpretar y gracia copiosa para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Tú, que eres verdadero Dios y verdadero hombre, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén».
El pensamiento y la obra de Vallet de Goysiolo son extensísimos, ricos y variados. Eulàlia centró su exposición en las reflexiones de Vallet de Goytisolo sobre Cataluña y el ser catalán, que pueden encontrarse especialmente en la obra titulada Reflexió sobre Catalunya: relligament, interacció i dialèctica en la seva història i en el seu Dret, publicada en el año 2007. En ella, Vallet da una mirada a la realidad catalana, desde el sentido común, centrada en Dios, de Cataluña y España; y de la importancia de una letra que forja el derecho catalán, la tradición y la cultura: la importancia de la letra «Y», que todo lo religa y todo lo une.
De esta forma, Eulàlia introdujo el tema hablando de la importancia de la letra Y: «Hombre verdadero y Dios verdadero, cuerpo y alma, Fe y obras, Catalunya dentro de España». Dio su testimonio personal de su antiguo activismo secesionista que abandonó al percatarse de la disonancia cognitiva entre la realidad y la ideología nacionalista que defendía en aquel momento.
Tras esta introducción, presentó a Juan Vallet de Goytisolo. Nació en Barcelona y ejerció de notario en Madrid («otra vez la Y»), veraneaba en Malgrat de Mar (Mareme), padre de siete hijos, secretario general de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, formó parte del Institut d’Estudis Catalans (Barcelona) y fue co-fundador de la revista Verbo (Madrid), entre otras cosas.
Bernardino Montejano describió a Vallet de Goytisolo como «notario no puro», en el sentido de que bebía de una multitud de fuentes, no sólo jurídicas: ejercía de notario al mismo tiempo que bebía de la filosofía, la historia, la teología...
Esta percepción polifacética le llevó a identificar cinco causas de la crisis moderna del Derecho: el olvido de la finalidad moral y de justicia del Derecho —o ruptura entre legalidad y moralidad— (Eulàlia lo expresó gráficamente con la frase: «ahora, ya no somos hijos de Dios, sino hijos de la Constitución»); su estatificación (gráficamente: «ahora, el Estado es omnipotente, es el nuevo “dios”, ya no hace falta Dios porque ya tenemos a Papá Estado que nos provee de todo»); su separación de la realidad vital a la que el Derecho se refiere («el Derecho catalán está arraigado en la tierra, en la realidad; es profundamente tomista, pero ha sido lanzado a la estratosfera de las ideologías»); la despersonalización del sujeto («nos hemos vuelto líquidos: puedo ser un unicornio, una lechuga, María Luisa o Mario Luiso»); y la descodificación del objeto. Vallet de Goytisolo falleció en 2011: «¿qué pensaría él si nos viera ahora?».
De la citada obra de Vallet de Goytisolo, Eulàlia destacó la palabra «relligament» el fundamento que cohesiona Cataluña y de donde surge su Derecho. «Relligament» está íntimamente vinculado con «religión»: Cataluña es profundamente tomista y así también lo es su Derecho, que nace desde la observación de la realidad, «de la tierra que pisas», y no de las fantasías ideológicas. Por eso, cuando se habla(ba) de Cataluña se vincula(ba) con en seny o sentido común.
Vallet comienza, desde la geografía, su descripción de la realidad catalana. Y para ilustrarlo, reproduce el poema de El pastor i la sirena, de Maragall:
A dalt de la muntanya hi ha un pastor;
a dintre de la mar hi ha una sirena;
ell canta al matí que el sol hi és bo;
ella canta a les nits de lluna plena.
Ella canta: —Pastor, me fas neguit.
Canta el pastor: —Me fas neguit, sirena.
—Si sabessis, el mar, com és bonic!
—Si sabessis, la llum de la carena!
—Si hi baixessis, series mon marit.
—Si hi pugessis ma joia fora plena.
—Si sabessis, el mar, com és bonic!
—Si sabessis, la llum de la carena!
Montaña y mar. Mar y montaña. La realidad catalana queda configurada por esta realidad que comenzó en las montañas y descendió hacia la plana y desembocó en el mar.
En este mismo sentido, Torras y Bages afirma que «quien conoce el sistema orográfico de un país, tiene cabal conocimiento de éste». Y esa realidad se forjó en los monasterios y en las Iglesias. El «relligament» al que alude Vallet en el subtítulo de su obra es, en palabras de Torras y Bages: la Fe católica, la Iglesia y el tomismo.
Cataluña es mestizaje, el cual fue favorecido por esta realidad geográfica. «Lo de los siete apellidos catalanes, nunca en la vida fue así». «Ja erem xarnegos en temps de la Marca Hispànica, i no passava res!». Porque éramos la Cristiandad.
Miguel Ayuso, en su exposición en la Casa de Seda de octubre pasado, hablaba de diferentes tipos de repoblación peninsular durante la Reconquista. Por eso, el Derecho catalán no puede ser el mismo que el de Castilla. Sin embargo, les unía la lucha contra los sarracenos y la defensa de la Cristiandad: eso les hacía «remar todos a una».
Cataluña es Tradición. La transmisión, generación tras generación, de una Fe, cultura y forma de ser. Eulàlia lo ilustró espléndidamente haciendo pasar las llaves de su casa de mano en mano entre todos los asistentes a la conferencia. «Honrar lo que me han dejado mis padres, abuelos, tatarabuelos...» Se trata de un proceso dinámico, que no se estanca. Pero, en la Modernidad, esta Tradición se rompe, de forma impuesta desde una élite extranjerizante; y, cuando tal ruptura se produce, se cae en el narcisismo y en la soberbia.
El pagès era tradicional y quería sus cosas de la tierra. En palabras de Torras y Bages: «Ensenyança dels pares o passats, una generació ensenya a l’altra generació, l’experiència dels passats instrueix als presents, perquè l’experiència és la mare de la ciència. Per tant, tradició i estancament són termes antitètics. Catalunya, doncs, és filla de la tradició, del dinamisme, principi de la realitat que fa única la Marca Hispànica, espai territorial de contrastos i apertura. Neix amb la necesitat de poblar i repoblar les zones conquerides als serraïns. És terra de fronteres, amenaçada, terra de valents i de pagesos, gent de la terra, del feu, la casa, el mas, la família; terra de sants, filòsofs, juristes...».
Este «relligament» es lo que da sentido al Derecho catalán, que se basa en la realidad: en la tierra, la masía y la familia extensa. Ésta evolucionó dando lugar al municipio y la ciudad. La Ley Natural vertebraba todo el Derecho catalán, y la ley positiva era la concreción y prolongación de aquélla.
Cataluña tiene un espíritu de cruzada y de misión. Jaume I conquistó el Reino de Murcia para la Cristiandad, y lo cedió a Castilla porque no lo conquistó para sí mismo sino para toda la Cristiandad. Planeó recuperar Tierra Santa, pero las inclemencias en Mallorca se lo impidieron.
Cataluña nunca se ha «sentido» fuera de España. El espíritu secesionista actual aparece en el siglo XX, gestado por el nacionalismo de raíz romántica, que exalta las emociones, especialmente las más básicas: victimismo, etc. Y este romanticismo, a su vez y en último término, nace del liberalismo. En cambio, Cataluña siempre ha sido del seny, del sentido común, de la razón, en la cual se ancla el catolicismo.
Vallet de Goytisolo justifica el empecinamiento catalán en su lucha de 1714 por la voluntad de impedir la penetración de las ideas afrancesadas de la Ilustración que ya se empezaban a vislumbrar. Y, por otro lado, por la desconfianza catalana contra todo lo francés, recuerdo del mal trato que éstos nos dispensaron en 1640 y que obligó a la Diputación del Principado, encabezada por Pau Claris, a retomar su fidelidad a la Monarquía Hispánica.
En 1714 no había espíritu separatista en Cataluña. El último bando barcelonés durante el sitio de Barcelona de 1714, leído en el Portal de San Antonio, lo pone de manifiesto: «[...] fem l’últim esforç, i donant testimoni als veniders, de què han executat les últimes exortacions i esforços protestant de tots mals, ruines, desolacions que sobrevingueren a la nostra comuna i afligida pàtria i extermini de tots els honors i privilegis quedant exclús en lo demés enganyats espanyols i tots en l’exclavitud del domini francés, però amb tot es confia que tots, com verdaders fills de la pàtria i amants de la llibertat, acudiran als llocs assenyalats a fi de derramar gloriosament sa sang i vida per son Rey, per son honor, per la pàtria i per la llibertat de tota Espanya». Éstas eran las proclamas que se defendían en 1714. No iban con la bandera indepe, sino con el pendón de Santa Eulàlia.
Tras la exposición, se abrió un animado turno de preguntas.
Una excelente exposición, que combinó la doctrina de Vallet de Goytisolo sobre su tierra natal con el testimonio de Eulàlia Casas.
Círcol Tradicionalista de Barcelona Ramon Parés y Vilasau